a las 10:10 todo en calma se escucha un llamado a la manada
¡miaaauuuu!
jinsei, ha tomado valor, ha dedicado tiempo para estudiar y está lista para compartir esta hermosa práctica del siempre
recordado bagheera: compartir historias a viva voz .... y la manada en su honor se acerca. la historia de hoy es una historia sufí,
presten atención
historia de arena
un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de
pasar a través de toda clase y trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas
del desierto. del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el
río trató de atravesar este último, pero se dio cuenta que sus aguas
desaparecían en las arenas tan pronto llegaban a éstas. estaba convencido, no
obstante, que su destino era cruzar este desierto, y sin embargo, no había
manera. entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo, le
susurró:
“el viento cruza
el desierto, y así puede hacerlo el río.”
el río objetó que se estaba estrellando contra las arenas, y
solamente conseguía ser absorbido, que el viento podía volar y ésa era la razón
por la cual podía cruzar el desierto.
“arrojándote con
violencia como lo vienes haciendo, no lograrás cruzarlo.
desaparecerás, o
te convertirás en un pantano.
debes permitir que
el viento te lleve hacia tu destino.”
¿pero cómo podría
esto suceder?
“consintiendo en
ser absorbido por el viento.”
esta idea no era aceptable para el río. después de todo, él
nunca había sido absorbido antes. no quería perder su individualidad.
“¿y, una vez
perdida ésta, cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez?”.
“el viento”,
dijeron las arenas, “cumple esta función. eleva el agua, la transporta sobre
el desierto y luego la deja caer. cayendo como lluvia, el agua nuevamente se
vuelve río.”
“¿cómo puedo saber
que esto es verdad?”
“así es, y si tú
no lo crees, no te volverás más que un pantano, y aún eso tomaría muchos, pero
muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río.”
“¿pero no puedo
seguir siendo el mismo río que ahora soy?”
“tú no puedes en
ningún caso permanecer así”, continuó la voz.
“tu parte esencial
es transportada y forma un río nuevamente. eres llamado así, aún hoy, porque no
sabes qué parte tuya es la esencial.”
cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los
pensamientos del río. vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte
de él, ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento. también
recordó — ¿o le pareció?— que eso era lo que realmente debía hacer, aun cuando
no fuera lo más obvio.
y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del
viento, que gentil y fácilmente lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo
caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas
pero muchas millas más lejos. y porque había tenido sus dudas, el río pudo
recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la
experiencia. reflexionó:
“sí, ahora conozco
mi verdadera identidad.”
el río estaba aprendiendo, pero las arenas susurraron:
“nosotras
conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras, las
arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río
hasta la montaña.”
y es por eso que se dice que: el camino en el cual el río de
la vida ha de continuar su travesía, está escrito en las arenas.
¡miaauuu! este blog
está abierto para sus aportes, siempre solicitándoles: respeto por todo ser
vivo y moderando el tono de sus participaciones de manera que sin inhibir el
pensar y sentir individual, ninguna otra se sienta agredida o menospreciada
historia de arena, es
una historia sufí, se reproduce en este blog con el fin de estimular la
lectura, así como incentivar a quienes saben leer para que lean a otras
personas.