a las 10:10 todo en calma se escucha el llamado de
Bagheera ¡miaaauuuu!
Jinsei la historia de hoy es de Denisse Itzel Torres Beltrán de México. Atenta atenta
Una soleada mañana un hermoso pajarillo decidió pararse en una de las secas ramas de un viejo árbol.
Mientras el ave limpiaba cuidadosamente su rojo plumaje, escuchó que el árbol se lamentaba:
-¡Qué
triste me siento! ¡Antes era bello y frondoso, ahora sólo soy un montón
de frágiles ramas! ¡A quien le importa un árbol que no da frutos! ¡Ni
siquiera los niños quieren treparme!
-¿A que se debe tanta desdicha?- preguntó el pajarillo al árbol.
-Pues
verás, hace más de dos meses que los dueños de esta casa se fueron y
desde ese día no he probado una sola gotita de agua, si no llueve pronto
seguro que moriré.
-¡Oh! ¡Que triste! Quisiera ayudarte, pero no sé como, sólo soy un pequeño pajarillo.
-¿Crees que puedas traerme aunque sea un chorrito de agua fresca en tu piquito?- Preguntó el árbol.
-¡Claro!-
dijo el pajarillo- ¡Es una excelente idea!, voy a pedir ayuda a todos
los pájaros del rumbo y juntos te refrescaremos ¡Ya verás!
-¡Muchas gracias pajarillo!- Exclamó el árbol.
Las
palomas, los cenzontles, los jilgueros, las calandrias, y otras aves
del lugar, se reunieron en el río y dirigidas por el pajarillo rojo
llevaron en sus picos agua para el viejo árbol.
-¡Gracias!
¡Muchas gracias a todos! ¡Que feliz y vivo me siento!- Exclamó el árbol
cuando, después de una larga espera, pudo disfrutar la lluvia que los
pajaritos dejaban caer sobre él.
Todos
los días los pájaros regaban con mucha generosidad al árbol. Poco a
poco el viejo árbol recuperó su color, miles de hojas volvieron a crecer
entre sus ramas y su tronco se hizo cada vez más fuerte. Todo él volvió
a estar lleno de hermosas y fragantes flores que pronto se convirtieron
en jugosas manzanas. ¡Que bello! El árbol volvió a sentirse vivo y
frondoso.
La
hermosura y presencia que el árbol daba al patio en el que vivía
provocó que la casa nuevamente fuera habitada. Todos los días la señora
de la casa regaba al árbol y éste cada vez estaba más resplandeciente.
Los pájaros felices por la llegada de la primavera y por la dicha del
árbol decidieron organizar una fiesta en el patio.
¡No! ¡No se paren en mis ramas! ¡Por favor!-
dijo el árbol a los pajaritos- Que no ven que pueden tirar mis hojas,
mis flores y mis frutos. A nadie le gustan los árboles secos. Busquen
otro árbol para brincotear, hay muchos por este lugar. El pajarillo
rojo, junto con los otros pájaros, se fueron muy tristes por la actitud
del árbol a quien tanto habían ayudado.
La mañana siguiente una paloma intentaba hacer su nido en el viejo árbol. El árbol muy enfadado dijo- ¡Oye!
¿Qué no vez que puedes dañar y ensuciar mis ramas y mi tronco? Hay
muchos lugares donde puedes hacer tu nido, por que no buscas otro -
La paloma huyó avergonzada y entristecida. Lo mismo pasó con el jilguero
y la calandria que intentaban alimentarse con las manzanas del árbol.
Poco
a poco, los pájaros se alejaron del patio y dejaron de visitar al
árbol. El árbol continuó hermoso y resplandeciente por un tiempo; pero
cada día se sentía más pesado. Nadie comía ni tiraba sus manzanas. Tenía
tantos frutos y flores encima que sus ramas y su tronco comenzaron a
inclinarse. La señora de la casa pidió a su esposo que cortara el árbol
porque en cualquier momento podría caerse.
El
árbol, que escuchó lo que la mujer decía a su marido, lloró
desconsoladamente. Los pájaros escucharon sus sollozos y acudieron al
patio.
-¿Qué te pasa viejo árbol? ¿Por qué lloras?- Preguntó el pajarillo rojo.
-¡Estoy
muy triste! ¡No dejé que ustedes tiraran mis flores, ni que comieran de
mis frutos, ahora mis ramas pesan tanto que mi tronco se ha doblado y
van a cortarme!
-No llores, viejo árbol, nosotros te vamos a ayudar- Dijo el jilguero.
Las
aves comenzaron a tirar las manzanas, las flores y las hojas del árbol.
Poco a poco el viejo árbol se enderezó y los señores de la casa
decidieron no cortarlo. Aunque por un tiempo el árbol sólo tuvo unas
cuantas hojas entre sus ramas, vivió feliz rodeado de pajaritos pues
logro comprender el valor del agradecimiento, del servicio y de la
generosidad.
¡miaauuu! este
blog está abierto para sus aportes, siempre solicitándoles: respeto por todo
ser vivo y moderando el tono de sus participaciones de manera que sin inhibir
el pensar y sentir individual, ninguna otra se sienta agredida o menospreciada
El
Viejo árbol de Denisse Itzel Torres Beltrán de México, se reproduce en
este blog con el fin de estimular la lectura, así como incentivar a
quienes saben leer para que lean a otras personas.