a las 10:10 todo en calma se escucha el llamado de Bagheera
¡miaaauuuu!
En abril del 2012 dormitaba
tranquilamente Obsidiana una gata muy amada por Nanamiauu. Estaba aquí justo
donde estamos casi sin prestar mucha atención a lo cotidiano que ocurre en la
calle donde habita mientras le describía a su amiga Nahla el entorno:
“los niños
que juegan en la calle, las mamás que los regañan, los que viene a alquilar
sillas y mesas, uno que otro que le gusta cantar, como cualquier calle normal.
Lo que me parece que no está mucho dentro de la norma –por lo que he escuchado
cuando viene alguien de la capital a visitar a mi mamá adoptiva- es que en está
calle son ‘tertuliadoras‘ de profesión, ¿eso qué significa?, sencillo
que no importa cuál ni cómo, siempre se las ingenian para poder reunirse: hice
olla de carne, tengo estas patitas de chancho, ¡uy! cociné este pescado, …
¿yo qué se? lo que se les ocurra las reúne por horas y los temas de
conversación son variados y generalmente divertidos, pues se ríen mucho.
Incluso en fechas reservadas para la familia –navidad, año nuevo, día de la
madre, cumpleaños- siempre hay una buena razón para regresar temprano a casa y:
terminar la celebración en la calle del barrio, donde todas aportan
delicias gastronómicas y su alegría.
Así que ese día no fue excepción, salvo que la discusión no avanzaba se
mantenía alrededor de un punto en el que ninguna estaba dispuesta a ceder, así
que me levanté y me acerqué al grupo que estaba alrededor de una planta de
arracache, cada una daba su teoría en torno a unos gusanos, tremendos
depredadores que se alimentaban de las hojas y flores de la planta y conforme
se alimentaban crecían con gran rapidez:
- Son gusanos alimentándose, después se hacen pupa y luego mariposas dijo
una,
- No, son gusanos corrientes, no ven que tienen cachos y pelos, dijo la otra
- ¡Ay no!, esas son larvas de mariposas. Se oyó por acuyá
- Insisto en que hay que matarlos. Se escuchó.
- No, no, es mejor darle tiempo al tiempo y si tenemos paciencia podemos ver
qué va a salir de esos gusanos. Igual del aracache lo que vamos a consumir es
su raíz no sus hojas. Punto y basta.
Así lo hicieron, se le dio tiempo al tiempo. Y aparecieron en escena una
pájaros pecho amarillo que descubrieron el suculento banquete que se movía
lentamente entre las hojas y tallos del arracache, ya casi comidos. Era normal
en esos días ver a la Colocha –así le dicen de cariño a la dueña del arrache-
salir a toda prisa gritando: “fuera, fuera largo de aquí“, los pecho
amarillo la miraban de reojo, y no se movían, el espectáculo no ofrecía tanto
riesgo como para dejar el delicioso manjar. Pero la Colocha que había tomado la
decisión de dilucidar el misterio de los gusanos, no iba a dejar que estos
igualados no le permitieran darse el gusto de probar su hipótesis ante las que
apoyaban la tesis de que eran simples gusanos con cachos y pelos…. Así que con
la ligereza del rayo entraba a la casa y regresaba con la escoba; no me crea
mucho Nahla, pero como que la escoba le daba una potencia de trueno a su voz y
al ondear la escoba, casi podíamos ver su cara pintada para una guerra que no
estaba dispuesta a perder; y ahí si… alitas para que te quiero…. Era
mejor volar pues la doña estaba dispuesta a garrotear. Aún así y a pesar de las
amenazas de la “Super Colocha” esos bandidos lograron diezmar la
población de gusanos. Tanto así que un gusano fue rescatado por otra de las
vecinas, pues un pecho amarillo asustado lo soltó en pleno vuelo; a este pequeño
lo pusieron en una caja con una colcha de algodón, ahí logró desarrollar casi
todo el capullo. Un día cualquier se escuchó: aunque luchó por su vida
al final no lo logró.
Esas fueron semanas de obligadas tardes de café, todas reunidas en torno a la
planta de arracache, observando los cambios en los lindos gusanitos. Aunque
tengo que reconocer que siempre al fondo se escuchaba: ‘lindos gusanitos‘,
siguen siendo cachudos y peludos, metidos en una tela de araña.
Todo continuó normal hasta que un día de abril en horas de la mañana las pupas
se abrieron y asomaron sus alas unas mariposas, ese fue un gran acontecimiento
y mientras secaban sus alas y tomaban fuerza, las tertuleadoras aprovecharon
para tomarle las fotos que estoy enviando. Durante unos tres días estuvieron
ensimismadas observando como estos insectos dejaban sus pupas para salir al
mundo.
-Miren, miren esta está saliendo,
-si si, ¡oh que hermoso!, fabuloso,
-claro como ya eliminamos los gusanos cachudos y peludos pudieron nacer las
mariposas.
Y se oían las demás a coro.
-Noooooooo, estas mariposas son los cachudos y peludos.
… Y todo eso sucedió en mi barrio. Yo creo que son más divertidas las culebras,
pero igual ví a las tertuleadoras tan concentradas y fuera de su onda que
consideré bueno escribir esta carta. Encontré un video que muestra el trabajo
de una oruga para que pueda ver todo lo que las tertuleadoras estuvieron viendo
en esas semanas; pues en la plantación de su gorda no creo que sea posible ver
esto, no me la imagino dejando que los gusanos se alimenten de las lechugas, la
mostaza o el pack choi para luego ver las mariposas que pondrán nuevamente
huevecillos en la plantación ji ji. Voy a pedirle a mi mamá adoptiva que con
los niños de la escuela escriban un reporte técnico de este acontecimiento para
que todos aprendamos. A ver cuando viene por acá y charlamos un poco, se
trae a Wiska. Por otra lado ¿qué pasó con Ruperto y sus cuentos persas? Estaban
buenísimos. Con cariño Obsidiana miau, miau”
Así es
como fuimos comprendiendo la hospitalidad que algunas de las plantas y árboles
dan a las futuras mariposas. Aún hoy
algunas vecinas tienen en sus jardines flores para que las mariposas se
alimenten.
¡miaauuu! Las
fotos quiero ver la fotos. Dije emocionada.
Jinsei las
fotos el tiempo las borró, sin embargo, aquí podemos sacar unas para que se
haga una idea del ciclo de vida, que puedes apreciar mirando atenta a tu alrededor.