a las
10:10 todo en calma se escucha el llamado de Bagheera ¡miaaauuuu!
Jinsei,
presta atención, hace varias centurias vivió un maestro sufí que tenía la
costumbre de contar una parábola al terminar cada lección, pero los alumnos no
siempre entendían el mensaje de la misma.
- Maestro – le dijo en tono desafiante uno
de sus estudiantes un día - siempre nos
haces un cuento pero nunca nos explicas su significado más profundo.
– Pido perdón por haber realizado esas
acciones – se disculpó el maestro-, permíteme
que para reparar mi error, te brinde mi rico durazno.
– Gracias maestro.
– Sin embargo, quisiera agradecerte como
mereces. ¿Me permites pelarte el durazno?
– Sí, muchas gracias – se sorprendió el
alumno, halagado por el gentil ofrecimiento del maestro.
– ¿Te gustaría que, ya que tengo el cuchillo
en la mano, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo?
– Me encantaría, pero no quisiera abusar de su
generosidad, maestro.
– No es un abuso si yo te lo ofrezco. Sólo
deseo complacerte en todo lo que buenamente pueda. Permíteme que también te lo
mastique antes de dártelo.
– ¡No maestro, no me gustaría que hicieras eso!
– se quejó sorprendido y contrariado el discípulo.
El maestro
hizo una pausa, sonrió y le dijo:
– Si yo les explicara el sentido de cada uno
de los cuentos a mis alumnos, sería como darles a comer fruta masticada.
¡miaauuu! entonces que quienes me siguen se imagen al
maestro y su alumno, les dibujen y que esas sean las ilustraciones para esta
historia.
¡miaauuu! este
blog está abierto para sus aportes, siempre solicitándoles: respeto por todo
ser vivo y moderando el tono de sus participaciones de manera que sin inhibir
el pensar y sentir individual, ninguna otra se sienta agredida o menospreciada
Historia sufi
2 comentarios:
Exelente
ja, ja, ja, ... mejor que me enseñen a pescar.
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